martes, 13 de abril de 2010


SUEÑOS DE COCAÍNA

Son días calurosos un hermoso marzo y un intenso verano, lo que conlleva a que su anatomía exija a gritos el contacto del sexo opuesto.

La noche se acercaba, los colores se desvanecían y un crepúsculo cromático llegaba acompañado de una fulgurante brisa refrescante; la invitación estaba en la mesa predispuesta, sólo había que tomar una decisión y tener plena seguridad de ser la correcta; tras mucho pensarlo decide asistir a la exposición “Fluorescent I Óleo, Yeso y Lienzo” una exquisita fusión artística, moderna y pintoresca.

Charlotte en medio de su sopor y pensamientos a medio aclarar se levanta perezosamente de su cama y decide comenzar su rutina para lucir magnifica, toda una técnica grabada, memorizada y aplicada; primero ducharse sentir el agua recorrer e hidratar su suave y dorada piel, cada gota penetra en sus poros allí es cuando se aplica su exfoliante mágico, una dulce y adictiva receta para su cuerpo que hace que día a día luzca radiante como la aurora y los rayos del sol apropiándose de la madrugada, al salir de la ducha contemplarse íntegramente en el gran espejo de el cuarto de baño, cepillarse los dientes (como lo enseñó el Doctor muelitas en el Colegio; sí, el mismo de Colgate chiqui-Chiqui-Chiqui-Chi) mientras fugazmente un nuevo pensamiento y sensación de inseguridad se apropian del instante asistir o no asistir, su cabello luce hermoso, un avellana oscuro, brillante y liso tan solo un par de pasadas con un peine de cerdas grande y lista para esta noche, al abrir su closet mira de soslayo y se observa en el espejo ( siempre debe tener uno cerca, ahora el de su habitación decorado con discos, un toque de sobriedad y elegancia refleja en conjunto a Charlotte Van Norden) escudriña su closet y decide jugar con la gama de colores ácidos, ya que los días calurosos y las noches lujuriosas de marzo apetecen colores refrescantes, amarillo y naranja perfectos para lucir en su piel dorada, un vestido de seda que cae perfectamente entre sus grandes precipitaciones femeninas, se ajusta a su templado abdomen y se ciñe a sus caderas, zapatos altos, despuntados donde deja ver su pie pulido y sus largos dedos y para finalizar con su “técnica para lucir magnifica” como ella la llama lo único que hace falta es un toquecito de lápiz labial y brillo en sus labios, un poco de rubor, brillo en su piel crema de seda de oro perfecta para sus largas piernas y “Omnia Bulgari” en todo su ser.


Al llegar a la exposición “Fluorescent I Óleo, Yeso y Lienzo” la espera un viejo amigo, el anfitrión de esta noche, la recibe como todo un “caballero” ( pongo comillas ya que el termino se refiere una persona que monta a caballo o es parte de una de las distintas instituciones de caballería ; pero ya que la mayoría de las niñas crecieron o en gran parte de su infancia Disney mostró como un estereotipo de hombre a estos personajes podemos hacer referencia con esta palabra tal vez a un hombre que indudablemente querrían tener, es como una especie de ambigüedad) un hombre lleno de misterios, de mascaras, realidades a medias y palabras gastadas.


- Hola, Mi Hermosísima Charlotte.
Su viejo amigo la recibe con gran hilaridad y ella con una gran avidez en su voz y una destellante sonrisa responde.
- Hola tú, querido Gio que alegría verte de nuevo.


Al abrirse las puertas de la galería donde se esta haciendo la exposición el sitio se ilumina, Charlotte Van Norden emanaba una diáfana energía que hacía que todos los asistentes a este ameno evento se fijaran en ella, al comenzar el recorrido por las salas del evento su amigo Gio L´Girald, le ofrece cortésmente un cremoso e incitante cóctel, así comienzan a hablar de sus vidas, los negocios, los viajes y hasta de política ya que se encontraban en elecciones y como era de esperarse al gobernante de su país se le iban cayendo las máscaras un ser ínfimo, impío, que con la mejor de sus retóricas mantuvo a la burocracia en completa demagogia durante ocho años, un ser afectado psicológicamente que creó las fuerzas revolucionarias de Colombia creando en su mandato una política de seguridad que no permitió invertir más en educación y desarrollo, un caso similar a “Watergate” casi un Nixon colombiano, con la diferencia de que aquí el pueblo que lo eligió no tuve la suficiente fuerza politica para hacerlo renunciar a su demagogo mandato un estancamiento para el pueblo; a veces parece que la sociedad sufre de problemas oftalmológicos a la hora de elegir sus gobernantes, ¿o será mas bien una miopía colectiva, mancomunada, paroxística? Sí, seguramente lo es; entre palabras y letras, cócteles, óleo, esculturas de yeso y acercamiento Gio con una pícara sonrisa y un brillo inefable en sus ojos le dice a Charlotte.

- Que bueno verte hermoso encanto, esta es una oportunidad para reivindicarme y recuperar tanto tiempo perdido.

Charlotte, irrisoriamente responde
- Sí, es encantador verte de nuevo, pero no entiendo como y para qué recuperaras estos meses que no estuvimos en contacto, mmmm para reivindicarte te hace falta mucho, querido Gio.

- Otro coctel? Mi Hermosa Charlotte.

- Esta bien, aunque debería beber más despacio puesto que no estoy acostumbrada.

- Tranquila, esta noche solo disfruta del arte, disfruta tus emociones, que todos tus encantos queden a flor de piel.
En este instante es cuando irrumpe en la conversación un amigo de Gio invitado a el evento, un hombre alto, con una apariencia física desbordante .

- Goethe, que placer tenerte en mi galería, gracias por aceptar la invitación.

- Gracias a ti, Gio por lo que veo estos meses de ausencia te dedicaste a trabajar en estos deliciosos oleos.

- Claro, aprender de la técnica, conocerla y ahora enseñárselas, déjame presentarte una queridísima amiga, la Señorita Charlotte Van Norden.

- Charlotte Van Norden, un placer conocerte. (estira su delicada mano firmemente y Goethe con dulzura y seguridad la besa.)

- Pero si el placer es todo mío, Señorita atrayente.

- Gracias, querido Gio.

- Permítanme un segundo ya los acompaño, dice Gio mirando a ambos de soslayo.

Así sigue el recorrido Charlotte de la compañía de Goethe, ahora entran en la sala de la galería donde se encuentran las esculturas de yeso, Goethe ágilmente ha traído un coctel para su compañera de recorrido y brindan haciendo sonar sus copas por tan afable compañía; esta sala estaba ambientada de notas seductoras, bailables, música sensual casi sexual, los (muñecos de yeso como los llamó Charlotte) eran obras jocosamente obscenas, fáciles de comprender y en general más bien alegres y simpáticas eran fascinantes y exquisitas.
La noche trae consigo un manto de locura y seducción que envuelven ágil mente a Charlotte, el recorrido por las diferentes salas llega a su fin y con ello los asistentes levantas sus copas un amigo de taller de Gio propone un brindis por su maravillosa y excéntrica exposición. Se escucha en la sala principal los palusos las felicitaciones y el resonar de las copas , Charlotte escapa a el baño y de ella se ha apoderado una energía diferente, distinta, que hace sentir un ligero calor en su cuerpo.
Gio
- Te encuentras bien mi dulce , Charlotte?

Charlotte
- Espléndidamente, querido, creo que un par de cocteles lograron producir vibraciones incandescentes en mi cuerpo.

Al escuchar esto Gio, encuentra la oportunidad perfecta para acercarse a ella; suave, sigilosa y pausadamente la toma por la cintura rodeándola con sus brazos fuertes en una cromosfera de pasión, ardiente lujuria que le transmitía una pequeña fracción de sentimientos, Charlotte envuelta en su ensoñación queda sin voluntad, en un clímax perpetuo en aquella habitación de jocosos “muñecos de yeso” ella emanaba nítidos rayos de luz blanca, Goethe estruendosamente rompe el aire cálido, esplendor e hipnotismo de aquel sublime instante.
Goethe
- Sr Gio L´Gerald, gracias por su amable invitación y magnífica exposición al parecer tiene mucho que discutir con tan hermosa dama.
- Srita Charlotte Van Norden, ha sido un verdadero placer conocerla, disfrute su noche.

Gio
- Veo que todos comienzan a partir, es un buen momento para despedirme no solo de ti Goethe, si no, también de los demás asistentes.

En una difuminación de la concentración, Charlotte gira suavemente para despedirse extiende su delicada mano y susurra un par de palabras de despedida a Goethe.
La gente comenzaba a encaminarse hacia la puerta principal, Gio, se encontraba ocupado despidiéndose de sus invitados, agradeciendo y escuchando dócilmente las buenas criticas de su buen trabajo; entre tanto Charlotte dejaba escapar su imaginación hecha toda un río de pensamientos que conllevaban a que sintiera en su estómago un millón de fuegos artificiales como si cada vez que miraba a Gio, detonaran en su abdomen, al cruzar su mirada con la de él hubo una complicidad colectiva, un convenio tácito, un común acuerdo mudo que daba cabida a un ramillete de vientos buenos, de placer y gozo.

Gio, le miraba con asombro al partir el último de sus invitados puesto que ahora Charlotte no era una invitada era su compañía,
Gio
- Un Coctel, mi querida dama.

Charlotte
- Por supuesto.

El aire palpitante en la atmosfera y un par de cocteles los acercaba cada vez más, sus rebeliones naturales fueron inminentes, ambos formaban un contraste delicioso y Charlotte sentía la absoluta necesidad de sentido, sorbiendo febrilmente el aroma de su cuerpo se sintió ebria y a los sones delicados de un saxofón y sus notas orgásmicas exquisitamente su vestido cayó, desfilando un cortejo mudo, sintiendo un ardiente anhelo; violenta, coloreada y fogosamente la pasión mancho sus labios y gozando los limites de su interior se sentía sin huesos, Charlotte respiraba su mismo aire y ambos bailaban íntimamente, sus espíritus agitados en un jubilo inmenso llegaban a un orgasmo sempiterno.